“ESTOY TOTALMENTE CONVENCIDO DE QUE LAS LEGUMBRES SON LA LLAVE PARA DARLE DE COMER AL PLANETA”
Hoy les presento a SALVE LA TIERRA, de la agricultura convencional al camino de lo orgánico y agroecológico.
Cristian y Cecilia son quienes llevan adelante el proyecto Salve la Tierra hace más de 15 años. Ellos producen alimentos agroecológicos y orgánicos en San Antonio de Areco y a 40 km de Rosario.
Cristian: “Yo antes era productor convencional. Es más, tenía mosquito y aplicaba plaguicidas e insecticidas con el boom de la siembra directa en la década de los 90.Este proyecto nace porque después de andar en el mosquito 10 años, fumigaba como 27.000 hectáreas por año, empecé a tener un tema de salud, además vinieron los hijos y ese fue el quiebre. También, ya se veía la degradación que hacíamos en los campos. Era algo muy rápido.
Nosotros somos de campo y la verdad es que nosotros no vemos al campo como una empresa, nosotros le tenemos cariño y lo vemos como una entidad. Y esa entidad que nos daba de comer y le daba de comer al mundo, no solamente se estaba degradando, sino que estaba desapareciendo. Estaba desapareciendo la flora, la fauna, además de todas las consecuencias que estamos viendo.
La primera soja RR que era transgénica, que permitía aplicar el Glifosato y matar todas las malezas se sembró en esta zona en el año 1997 y hoy podemos ver el rápido deterioro que produce en todo el ecosistema.
» Fue la suma de todas esas cosas, el motivo por el cual arrancamos por este camino, por el camino de lo orgánico y lo agroecológico y a partir de ahí cambiamos rotundamente la forma de trabajar».
> ¿QUÉ ALIMENTOS PRODUCEN?
Cristian: “ En la actualidad producimos todo tipo de cereales: trigo, pisingallo, mijo, y más que nada estamos enfocados en producir legumbres como lentejas, garbanzos y todos los tipos de porotos, porque yo estoy totalmente convencido de que es la llave para darle de comer al planeta.
Hoy escucharás por ahí que en Argentina se producen alimentos para 400 millones de personas y en definitiva es mentira. Nosotros producimos soja y maíz que se exportan para darle de comer a los chanchos chinos. Ninguna persona puede sobrevivir comiendo únicamente soja y maíz. Y son las 2 cosas que más estamos produciendo en toda la Argentina.
Cuando era más joven trabajé en varios semilleros. Es un trabajo arduo porque estamos compitiendo en zonas donde se produce únicamente soja, pero ya tenemos variedad de porotos que se adaptan muy bien.
Al escuchar sobre la producción de porotos se habla más de Salta y el NOA y en definitiva la zona donde se puede producir porotos es toda La Pampa. Perfectamente nosotros estamos produciendo en San Antonio de Areco todo lo que es lentejas, garbanzos, porotos negros, aduki, alubias y poroto colorado”.
> EL LADO B, LO QUE LOS CONSUMIDORES NO VEMOS O DESCONOCEMOS DE LA PRODUCCIÓN ORGÁNICA Y AGROECOLÓGICA. LO QUE ENFRENTAN EL EL DÍA A DÍA, EN LO COTIDIANO O EN LO MACRO.
Cristian: “Desde lo macro podemos decir que es difícil el tema de las HERRAMIENTAS.
Las herramientas no son las mismas. El convencional tiene una sembradora, hacen siembra directa, fumigan, fertilizan y ya está. Yo tuve que fabricar muchas herramientas: disco, rastra y herramientas específicas, recuperar las que se usaban antes, las que usaban mi viejo o mi abuelo y fabricar otras, sobre todo para el desmalezado.
Esa es una limitante. Si no tenés las herramientas, los tractores y cosechadoras propias y tenes que pagar el servicio, el que te da ese servicio, que está acostumbrado a trabajar en sojas o maíces que no tienen yuyo, cuando viene a tu campo y ven “2 yuyitos” no te quieren hacer el trabajo.
El tema de herramientas es limitante, muchas las tuvimos que fabricar. Tenemos también un pequeño taller en el cual hacemos reformas y fabricamos herramientas.
Otro tema son LAS SEMILLAS , todos los semilleros incluso los que están haciendo porotos en el norte, se enfocan únicamente en el rendimiento, todo lo que están seleccionando es para tener más kilos por hectárea. Nadie piensa en calidad.
Nosotros trabajamos también un poco con exportación, estuvimos en contacto con gente de otros lados del mundo, que ya están “pegando la vuelta”, están más adelantados en eso y están viendo que tal vez no es tan importante la cantidad, pero sí la calidad. Y pagan un plus por calidad, que eso en Argentina no se está dando todavía. Cuando hablamos de proteínas, por ejemplo, no es lo mismo una proteína de soja, una proteína de garbanzos o una proteína de lentejas.
Para las diferentes variedades de semillas que estamos sembrando ahora acá, trabajamos con el INTA muchísimos años, algunas variedades las trajimos importadas y empezamos a probar. Tenemos un pequeño semillero para nosotros y la verdad que estamos teniendo muy buenos resultados, pero también el tema semillas es también limitante, si no tuviera una determinada superficie grande no lo podría hacer.
En lo macro también cuesta que, si bien nosotros tenemos un campo propio es pequeño, y paro todo lo demás yo alquilo el campo. Y los campos acá se alquilan a kilos de soja convencional, entonces tenemos que tener un determinado balance económico positivo para poder pagar el alquiler, aunque nos esté yendo bien, competimos directamente con los productores que producen soja. Por eso es fundamental que nosotros llegamos al consumidor, eso hace que la parte comercial la tengamos resuelta o medianamente resuelta».
> ¿CUÁL ES EL VALOR AGREGADO DE LOS ALIMENTOS QUE PRODUCEN? ¿PORQUÉ LOS CONSUMIDORES DEBERÍAN ELEGIR SUS PRODUCTOS?
Cristian: “Llegamos directamente al consumidor que creo que es una forma de trabajo que hace que el productor siga sobreviviendo. Cuando tenés muchos intermediarios se encarece todo y ninguna economía familiar lo resiste, más en este país donde los impuestos son tan altos.
Por otro lado, por la parte agroecológica, que uno pueda consumir productos que no tengan ningún residuo químico.
Estamos compitiendo con el convencional pero estamos dándole ese plus, en el cual nuestros suelos pueden seguir produciendo indefinidamente.
Nosotros podemos perpetuar este proyecto, este sistema de trabajo en el tiempo, cosa que con el convencional no va a pasar. Con el convencional hay un montón de situaciones de degradación de suelos. Hablan de la importación de fertilizantes que son cada vez más grandes, o sea, el suelo en la vereda de enfrente lo ven nada más que como un sustrato. Lo ven como algo que las plantas meten sus raíces y anclan una planta, no lo ven como un suelo vivo. Por eso la degradación hace que por afuera del sistema le tengan que estar aplicando energía (fertilizantes, fitosanitarios) porque si no realmente no podrían producir nada. Eso tiene un fin, se termina, se degrada y el suelo muere. Habrá que ver después cómo se recupera: con pasturas, con campos naturales y demás».
«Nosotros, en nuestros campos, tenemos suelos que están cada vez más vivos, suelos donde tenemos polinizadores, tenemos toda la flora y fauna que existía en el país en la década del 60, cuando todavía no había ingresado todo el tema de agroquímicos en la Argentina”.
¡Muchas gracias Cristian y Cecilia por permitirnos conocer a Salve la Tierra!